El soufflé de queso es uno de los clásicos más elegantes de la cocina francesa. Ligero, esponjoso y lleno de sabor, este plato se ha convertido en un favorito tanto en restaurantes gourmet como en hogares donde se busca sorprender con algo diferente. Su magia radica en el contraste entre una base cremosa y la ligereza de las claras montadas, que al hornearse elevan la preparación hasta conseguir una textura aireada y espectacular.
Preparar un soufflé de queso puede parecer complicado, pero siguiendo los pasos correctos tendrás un resultado perfecto: dorado por fuera, suave por dentro y con un aroma irresistible a queso fundido. Ideal como entrada en una cena especial, como plato principal acompañado de ensalada fresca, o incluso como opción ligera en un menú festivo.
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Receta de Soufflé de Queso Esponjoso
Ingredientes
- 50 g de mantequilla
- 50 g de harina de trigo
- 400 ml de leche entera
- 4 huevos separadas las claras de las yemas
- 150 g de queso rallado emmental, gruyère o cheddar suave
- 1 pizca de nuez moscada
- Sal y pimienta al gusto
- Mantequilla y pan rallado para engrasar los moldes
Elaboración paso a paso
Preparar los moldes
- Precalienta el horno a 190 °C.
- Unta los moldes individuales con mantequilla y espolvorea pan rallado para que el soufflé se eleve correctamente.
Hacer la base bechamel
- Derrite la mantequilla en una cacerola.
- Añade la harina y mezcla bien durante 1 minuto para eliminar el sabor crudo.
- Incorpora poco a poco la leche caliente, batiendo hasta obtener una crema suave y espesa.
Incorporar el queso y las yemas
- Retira la bechamel del fuego.
- Agrega las yemas una a una, mezclando bien.
- Incorpora el queso rallado, la nuez moscada, sal y pimienta.
Montar las claras a punto de nieve
- Bate las claras hasta que estén firmes.
- Añádelas a la mezcla en 2 o 3 tandas, con movimientos envolventes para no perder aire.
Hornear el soufflé
- Vierte la mezcla en los moldes, llenando hasta ¾ de su capacidad.
- Hornea de 20 a 25 minutos, sin abrir el horno.
- Sirve inmediatamente al salir del horno para disfrutar de su textura aireada.
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Notas
- Usa huevos frescos, ya que las claras montan mejor.
- No abras el horno antes de los 20 minutos, de lo contrario el soufflé puede hundirse.
- Puedes variar el queso según tu preferencia: gruyère para un sabor clásico, cheddar para más intensidad o incluso mezclas de quesos.
Nutrición

Soufflé de Queso Esponjoso y los Beneficios Para la Salud
El soufflé de queso, aunque se percibe como un plato elegante y a veces indulgente, puede aportar beneficios interesantes dentro de una dieta equilibrada. Al estar elaborado principalmente con huevos, aporta proteínas de alta calidad que resultan esenciales para la reparación de tejidos, el mantenimiento de la masa muscular y el correcto funcionamiento del organismo. Además, los huevos contienen vitaminas como la D, la B12 y minerales como el selenio, que fortalecen el sistema inmunológico y contribuyen al bienestar general.
El queso, ingrediente principal en este plato, es una fuente valiosa de calcio, fundamental para la salud ósea y dental, así como de fósforo y zinc, que favorecen el metabolismo energético y la recuperación muscular. También ofrece proteínas y grasas saludables que, en cantidades moderadas, ayudan a mantener la saciedad y el equilibrio energético del cuerpo. Escoger quesos de buena calidad, con menor contenido de sodio y grasas, puede potenciar estos beneficios sin añadir un exceso de calorías.
Por otro lado, el soufflé de queso tiene la ventaja de ser ligero en textura y, al servirse recién horneado, resulta muy saciante con una porción moderada. Esto lo convierte en una buena opción para incluir en almuerzos o cenas sin sentir pesadez, siempre que se combine con una guarnición fresca como ensaladas o verduras. En definitiva, se trata de una receta que, disfrutada con equilibrio, puede ofrecer proteínas, minerales y nutrientes esenciales, a la vez que permite degustar un clásico de la gastronomía francesa con beneficios para la salud.
Nota: según estudios, el consumo moderado de huevos y queso aporta proteínas de alta calidad, calcio y vitaminas esenciales, contribuyendo a la salud ósea, muscular y cardiovascular (fuente).

Historia del Soufflé de Queso
El soufflé tiene su origen en Francia a principios del siglo XVIII, cuando la cocina europea comenzaba a experimentar con técnicas más refinadas y sofisticadas. Su nombre proviene del verbo francés souffler, que significa “soplar” o “inflar”, en referencia a la textura aireada que adquiere el plato al hornearse. Fue el célebre chef Marie-Antoine Carême, considerado uno de los padres de la alta cocina francesa, quien lo perfeccionó y lo incluyó en sus menús, dándole fama en la gastronomía mundial.
El soufflé pronto se convirtió en un símbolo de elegancia culinaria, servido en los grandes banquetes de la aristocracia francesa y más tarde adoptado en restaurantes de renombre internacional. Con el tiempo, la receta original se fue adaptando en versiones dulces y saladas, manteniendo siempre el mismo principio: una base cremosa enriquecida con yemas y unida con claras montadas a punto de nieve para darle volumen.
Hoy en día, el soufflé de queso es la versión salada más clásica y popular. Aunque es un plato asociado a la alta cocina, sigue siendo accesible y posible de preparar en casa, siempre que se respeten los tiempos y técnicas que le dan su característico aire ligero y su presentación espectacular.
Nota: El soufflé surgió en Francia a inicios del siglo XVIII y fue perfeccionado por el chef Marie-Antoine Carême en el siglo XIX, convirtiéndose en un símbolo de la alta cocina.
Fuente: Wikipedia – Soufflé
¿Por qué se baja el soufflé de queso al sacarlo del horno?
El soufflé de queso baja cuando se enfría porque el aire atrapado en las claras montadas se contrae. Para mantenerlo elevado el mayor tiempo posible, sirve el soufflé inmediatamente al salir del horno y evita abrir la puerta durante la cocción.
¿Qué tipo de queso es mejor para un soufflé?
El más tradicional es el gruyère, aunque también se usan emmental, comté o cheddar suave. Lo ideal es elegir un queso que funda bien y tenga sabor intenso sin ser demasiado fuerte.
¿Es difícil hacer un soufflé de queso?
No es difícil, pero requiere precisión. El secreto está en montar bien las claras y mezclarlas con movimientos envolventes para que no pierdan aire. Con práctica, se convierte en una receta sencilla y muy vistosa.
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